5.- El testimoni de Jaume Vall de Solsona.-
UNA EXPERIENCIA EXTRAORDINARIA
Las personas que padecemos una minusválida a menudo necesitamos de pequeños o grandes ayudas para desarrollarnos.
Hace diez años que voy en silla de ruedas y desde entonces me he ido adaptando a mi situación. Dicen que uno se acostumbra a todo y tengo que reconocer que mi experiencia asevera esta afirmación. Pero, por supuesto, el hecho de no poder caminar condiciona y priva a la persona de muchas cosas que no podemos hacer.
Hoy quisiera aportar una experiencia que rompió de una manera maravillosa mi rutina del día a día.
Por mediación del programa de Cataluña Radio "La noche de los ignorantes" supe de la entidad RODAMUNT, un grupo de voluntarios que dedican un espacio de su tiempo a llevar personas que no pueden caminar por lugares inaccesibles para ellos, montaña, bosque, caminos y senderos en una silla especial de una sola rueda llamada Joëlette inventada por el francés Joël Claudel que llevada por 4-5 personas; una delante, otra detrás, una a la izquierda y otra a la derecha y una última de refuerzo por fuera el caso que conviniera, permite salvar desniveles y pasar por los lugares más inaccesibles.
Una vez tuve la dirección de Rodamunt con un sencillo correo para informarme fue suficiente. Todo fue facilidades, atenciones y ponérmelo fácil. Tan fácil como dejarme elegir el destino, ellos ya me dirían la fecha.
Hace 45 años con mi esposa y un amigo de Olot hicimos el camino de Ronda de Palamós, ésta fue mi elección y ellos me dieron como fecha El Día de 12 de mayo.
Así pues, el pasado miércoles, día 12 a las 7 de la mañana salíamos de Anglesola con un amigo camino de Palamós donde a las 10 encontramos los voluntarios de Rodamunt que tras las instrucciones pertinentes, iniciamos el camino de Ronda de Palamós, La Fosca y Cala Castell . Yo sentado cómodamente en la silla Joëlette, durante los 14 Km de recorrido entre ida y vuelta.
Once voluntarios fuertes y con coraje se iban alternando en estirar por delante, empujando por detrás y dos atentos a los lados, además de cuatro o cinco que se iban turnando a medida que el cortejo iba avanzando.
Justo empezar el recorrido el paisaje se muestra pletórico y poco a poco mis sentidos se agudizan, veo abajo las pequeñas calas de agua azul transparente y un mar que invita a vislumbrar hasta el horizonte. El oído se encanta con el cantar de los pájaros en primavera en medio de los pinos, mi oído se enriquece con el perfume de estos árboles y del bosque mediterráneo. Llegados a la cala Oscura mi olfato se recrea con el olor a pescado, marisco, en definitiva: a mar. Cuanto gusto. Como olvidar aquella comida compartida en medio de un pinar? Todo el grupo sentado en el suelo menos yo, cómodamente aposentado en "mi" silla, degustando aquel bocadillo en medio de chistes, risas y "buen rollo" .Y el tacto, cuando después de más de seis horas de ir juntos ya nos habíamos hecho amigos para siempre, nos dábamos las manos en un gesto de despedida aun prohibido por los tiempos de pandemia, pero que surgía esporádico, sin querer.
Un paseo por un lugar idilio llevado por un grupo de personas maravillosas que ya nunca puedo, ni quiero olvidar:
Los dos compañeros jubilados del banco que vi bien sudados por el esfuerzo, el conductor de autobús que cuando lo piden para hacer este servicio lo deja todo para acudir, la chica que trabaja por su cuenta que cierra el negocio para acudir a la llamada de este voluntariado, la universitaria que hace "pila" para empujar gente como yo, la señora que deja la limpieza y la familia para cerrar filas con Rodamunt, estos y otros para ayudar. Y todos al liderazgo de Juan Carlos, el alma del grupo, un personaje carismático, entrañable y cercano. Según mi criterio, estas personas se mueven bajo los parámetros de la consigna del Carpintero, que hace dos mil años repartía amor y felicidad a manos llenas.
A medio camino un señor le preguntó al responsable si llevarían a una hermana suya parapléjica, él dijo que sí. Al pedirle el precio y contestarle Juan Carlos que era gratuito, el hombre quedó atónito. No es para menos!
Esta entidad está Cofinanciada por el “patronato de Montserrat” y por la fundación Johan Cruyff y el servicio es un regalo para aquellas personas que lo necesitan. (El voluntariado solo reciben el coste de su desplazamiento).
Una experiencia exitosa de la que la primera conclusión que podemos sacar es que hoy, en este mundo materialista que nos ha tocado vivir, hay ejemplos de personas que altruistamente dedican tiempo y esfuerzo para ayudar a los demás, y cuando estas personas topan con una entidad como RODAMUNT, surge la magia! Una magia de la que somos beneficiarios los que necesitamos ayuda para caminar y sobre todo, cuando alguien camina a nuestro lado dejando su huella en la arena mientras que la nuestra, recae sobre sus hombros.
Amigos de Rodamunt, millones de gracias por todo el bien que hacéis. Sobre todo, tened por seguro ... que nos encontraremos de nuevo!
Jaume Vall Borda
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada